Por Osvaldo Cáceres González
Gracias al profesor Alejandro Mege, me integré al equipo que participó en el Proyecto financiado por un Fondart en el año 1998, para reconstruir la casa de Bernardo O´Higgins en Las Canteras. Con ello, pude participar en la importante actividad de recuperación del patrimonio, en un país en que este patrimonio se destruye.
Significa tratar de reconstruir esa propiedad del Padre de la Patria, perdida en 1814, después del desastre de Rancagua, en que fue desmantelada, saqueada y luego quemada.
La casa la había construido a partir de 1804 para su familia, al hacerse cargo de la hacienda Las Canteras, que había heredado de su padre, el ex virrey del Perú, Ambrosio O’ Higgins, junto con su apellido, fallecido en Lima en 1800.
Bernardo construyó su casa asesorado por técnicos irlandeses, que habían llegado recientemente a Talcahuano. No existía un plano, dibujo o grabado de ella. Sólo se sabía que tenía aproximadamente 70 metros de largo -como decía el historiador Augusto Vivaldi-, que era de madera, como construían sus viviendas los colonos ingleses e irlandeses en EE.UU. en esos años; que era una casa muy importante para la época, en que casi nada se construía, por las luchas de la Independencia, como dice Barros Arana, y que tenía corredores hacia al oriente y poniente, como el mismo Bernardo lo dice en el Perú, al venderle su propiedad al general Manuel Bulnes. También tenía una capilla, bodegas y un molino de agua, como los que todavía existen en la zona, en especial en Yungay, donde se han restaurado.
“¿Reconstruir formas antiguas, pero con técnicas nuevas? No. Sería inconsecuente y contradictorio”, dicen los técnicos que están a cargo de la reconstrucción de la ciudad de L’Aquila, recientemente terremoteada. La decisión sobre reconstrucción y restauración de obras arquitectónicas antiguas y únicas, requieren un análisis serio de parte de expertos y no de políticos y profesionales sin escrúpulos, como por ejemplo también en la proyectada represa de Angostura, por la empresa Colbún; y aquí en Canteras, no sólo en términos técnicos, sino también en la óptica arquitectónico-figurativa, nuevo–viejo, pues se trata de rehacer una obra de arquitectura y no un pastiche neocolonial, como muchas veces se estila.
Por ello y de acuerdo a las descripciones referidas nos enfocamos a su tipología. La topología refleja la esencia de la arquitectura y no tiene nada que ver con los estilos. Ya que el ser humano tiene limitadas capacidades de creación, ha generado diversas tipologías en vivienda: la casa de tres patios, traída de Andalucía y el mundo árabe por los conquistadores; la casa de piso y medio, de la Europa Central por los colonos del siglo XIX; la ruca mapuche, que se da en el Caribe y en el Amazonas, además de Chile, etc.
La “casa lineal” que habíamos estudiado desde Huasco al sur, en especial en la costa y también en el interior, como la “casa larga” de Augusto Vivaldi, antes de la familia Lavín en Florida; las casas camino a Chillán, por el camino viejo de Los Ángeles al norte, por Pemuco, Yungay, Palpal, etc. correspondían a la casa de O Higgins en Las Canteras, a su propia descripción y restos que por primera vez habíamos visto en el terreno del Castaño, con sus corredores y basas de cubos de piedras de sus pilares de madera, al ir a terreno con don Raúl Garretón, a fines de la década del 70 del siglo pasado.
El terreno fue rellenado, al hacer cerco de bolones de piedra de río con el que se delimitó después la propiedad, al entregarla Mininco al Instituto O’Higginiano de Los Ángeles y la municipalidad de Quilleco, según información del encargado de jardines de la municipalidad de Los Ángeles de esos años, Osvaldo Órdenes, quien también vio las basas y restos de fundaciones paralelas al camino.
La casa se terminó de destruir a hacha, pues era de madera, pero quedaron sus fundaciones y en el terreno se construyeron otras, como se vio con el estudio arqueológico que hizo el señor F. Brousse, por los distintos propietarios que ha tenido y por ser su ubicación especial para dominar el contorno.
El estudio histórico realizado por el historiador de Los Ángeles, Tulio González Abuter, dio el mismo resultado: casa lineal de gruesos muros de madera de la zona, con eje norte sur y corredores de madera a ambos lados, el sector al norte del zaguán de acceso y salida al patio enfocado al castaño y busto de O Higgins, para recrear la vida familiar; capilla al sur, con altillo, como mirador atalaya al oriente; y luego bodegas, para terminar al sur los 70 metros de largo referidos, para museo de la vida de la familia O Higgins: Ambrosio, Isabel, Bernardo, Rosa y descendientes. Techumbre de madera, cubiertas de tejas, ventanas de madera y piso también, excepto baños para público y oficina. El jardín, recreando los de la época, por la señora Carmen Gloria Calonge.
Años después, gracias a la señora Kulemkampf, visitamos el sector de Mortandad, dentro de la ex hacienda donde Bernardo O Higgins alcanzó a donar terrenos a sus colaboradores, que lo ayudaron en sus trabajos agrícolas y de construcción; donde hay construidas casas de la misma tipología referida, lo que confirma los estudios del año 1998, ya hace más de 10 años.
Fuente Diario La Tribuna 16 de mayo de 2009