Lo queramos o no

solo tenemos tres alternativas:

el ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres

porque como dice el filósofo

el ayer es ayer

nos pertenece solo en el recuerdo:

a la rosa que ya se deshojó

no se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar

son solamente dos:

el presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos,

porque es un hecho bien establecido

que el presente no existe

sino en la medida en que se hace pasado

y ya pasó…,

como la juventud.

En resumidas cuentas

sólo nos va quedando el mañana:

yo levanto mi copa

por ese día que no llega nunca,

pero que es lo único

Nicanor Parra, «Último brindis» publicado por primera vez en Canciones rusas, 1967.

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