El 12 de julio de 1821 la capital de Perú fue liberada por el ejército de San Martín. Ante el avance de las fuerzas patriotas el virrey español José de la Serna huye desde Lima hacia la fortaleza costera de El Callao. Los ejércitos realistas, aunque eran numerosos y veteranos, se dirigen al interior montañoso para organizar la defensa.
En esas circunstancias San Martín encuentra el camino libre para tomar en forma incruenta la principal ciudad sudamericana. En lugar de hacer un ingreso triunfal con sus columnas por las calles de la ciudad, elige entrar por la noche acompañado por un ayudante. Pese a los rumores difundidos por los realistas, las tropas patriotas evitaron el pillaje y las represalias. Una multitud de limeños recibe la noticia de su liberación con manifestaciones y celebraciones públicas.